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Ósmosis de flujo directo

Antes de comprar un equipo de ósmosis para tu vivienda, vale la pena que te asesores bien. La amplia variedad de sistemas y fabricantes que encontrarás en el mercado puede que haga complicada la elección o que simplemente te genere interrogantes. En esta guía hacemos un repaso de las diferencias entre unos sistemas y otros, prestando especial atención a la ósmosis de flujo directo, el equipo de ósmosis mejor valorado del mercado.

Cualquier sistema doméstico de ósmosis inversa sirve para purificar y obtener agua con una baja concentración de sólidos disueltos. El proceso de ósmosis inversa funciona al revés que el fenómeno natural de ósmosis: con ayuda de una presión externa artificial, el equipo consigue que el líquido con mayor concentración (agua de red) pase por una membrana en la que quedan retenidos los sólidos disueltos no deseados, obteniéndose un agua baja en minerales y libre de sabores y olores. En función de cómo sea la presión disponible en la red de agua, será necesaria o no la instalación de una bomba que consiga que el agua atraviese la membrana.

Ventajas de la ósmosis de flujo directo

Si estás pensando en instalar un equipo de ósmosis en tu casa y quieres valorar todas las opciones, no te olvides de la ósmosis de flujo directo. Veamos cuáles son sus principales ventajas respecto a la ósmosis inversa tradicional:

1. Producción de agua:

  • Los equipos de ósmosis inversa necesitan un depósito o tanque de acumulación, eso hace que su instalación y mantenimiento sea algo más complicado y que requieran de mayor espacio. Algunos equipos incorporan una pequeña bomba de impulsión para llevar el agua del depósito al grifo de consumo y otros un pequeño depósito de presión. Ambas opciones pueden encarecer tanto el precio final del equipo como el mantenimiento.
  • Los equipos de ósmosis de flujo directo producen el agua osmotizada a tiempo real y sin necesidad de acumulación previa. Con tan solo abrir el grifo podrás disfrutar de agua pura de forma instantánea y, gracias al sistema sin depósito, se elimina la fuente de contaminación propia de los sistemas con tanque acumulador. Además, los aparatos son pequeños y permiten que optimices al máximo los espacios que tengas disponibles.

2. Membranas:

  • Los equipos de ósmosis inversa utilizan membranas que producen entre 30/70 galones de agua por día.
  • Los equipos de ósmosis de flujo directo usan membranas que producen entre 500/700 galones de agua por día. Son más caras, pero mucho más eficientes.

3. Índice de rechazo: 

Se denomina agua “de rechazo” al flujo de agua que entra y vuelve a salir, arrastrando los sólidos diluidos hacia el desagüe y evitando con ello que en las membranas se acumulen los contaminantes.

  • El rechazo medio en los equipos de ósmosis inversa es de 1 litro producido por 3 litros rechazados (1:3).
  • Los equipos de ósmosis de flujo directo tienen un índice de rechazo por agua por litro producido mucho más bajo: (1:1). Estos aparatos contienen membranas de mayor producción y calidad que los anteriores.

 

Cómo funciona la ósmosis de flujo directo

El funcionamiento de cualquier tipo de equipo de ósmosis es muy parecido. En todos ellos se desarrolla un proceso de filtrado que puede tener entre 3 y 6 etapas. Los equipos más habituales son de 5 etapas. Todos ellos cuentan constan de los siguientes elementos:

  • Pre-filtro de sedimento: Es un filtro textil que elimina los residuos sólidos en suspensión, como la tierra o el barro.
  • Pre-filtro de carbón activo: Es un filtro de material poroso que atrapa las moléculas de cloro y las elimina.
  • Membrana de ósmosis: Es un rollo textil con malla microscópica que realiza la purificación propiamente dicha.
  • Post-filtro: En su composición suele usarse el grafito y compensa la eliminación de sales realizada en la membrana.

 

Mantenimiento ósmosis de flujo directo

Por último, es importante hacer un buen mantenimiento y control de los equipos. Existen dos indicadores que debes revisar con regularidad:

  • Cambio de los pre-filtros de sedimento y carbón: debe realizarse entre los 6 meses y 1 año, teniendo siempre en cuenta la calidad del agua filtrada. La durabilidad de la membrana dependerá del correcto mantenimiento de los pre-filtros, ya que estos se encargan de evitar que la membrana trabaje en exceso. Además, debes tener en cuenta que el cloro es un compuesto corrosivo y que si el filtro de carbón activo está saturado y no consigue eliminarlo, puede perforar la membrana y reducir su capacidad de filtrado.
  • Cambio de membrana: es necesario realizarlo cada 3-5 años.

La periodicidad de estos cambios dependerá de la calidad del agua y del fabricante del equipo que tengas. Es conveniente disponer de un medidor de TDS (sólidos disueltos totales) para obtener información de las condiciones tanto del agua osmotizada como del agua de la red, así podrás prever el cambio de pre-filtros con tiempo. Para alargar la vida de estos elementos, y postergar su recambio, se realiza un lavado de filtros que consiste en invertir el sentido del flujo de agua de la red. Hay equipos que lo realizan automáticamente y en otros hay que hacerlo manualmente. Los equipos de ósmosis de fllujo directo incorporan un indicador electrónico de cambio de filtro que te recuerda cuándo debes reemplazar los filtros.

 

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