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Descalcificadores: Qué son y para qué sirven

Seguramente habrás visto en televisión anuncios en los que aparece un técnico de lavadoras o de lavavajillas con una pieza del electrodoméstico en la mano sobre la que se aprecian unas incrustaciones de aspecto blanquecino diciendo: “el problema es la cal”. Esa cal es en realidad precipitados (agrupaciones no solubles) de sales de calcio y magnesio, entre otros, que se producen de forma más acusada cuando se utilizan aguas con alto contenido de estos elementos. Son las denominadas aguas duras.

Las aguas se clasifican en aguas duras o aguas blandas en función de la cantidad de cationes metálicos (entre ellos el calcio y el magnesio) en forma de bicarbonatos carbonatos. Se puede considerar agua dura aquella que tiene una concentración superior a 120 mg CaCO3/L.

En realidad la acumulación de cal se puede producir a lo largo del tiempo con cualquier tipo de agua que contenga estas sales, casi todas las aguas, incluso las de los manantiales las tienen, pero en este último caso están presentes en muy baja concentración y no hay riesgo de precipitación.

El exceso de cal no es sólo contraproducente para nuestros electrodomésticos sino también lo es para nuestra salud (problemas de riñón, dermatitis, sequedad de piel, etc.), por lo que es interesante que conozcamos el tipo de agua de nuestro suministro y valoremos la necesidad de instalar un descalcificador.

Los descalcificadores son aparatos diseñados para eliminar el exceso de cal del agua. El descalcificador doméstico se instala en la entrada de agua que abastece a la vivienda o en el punto que queramos reducir la cantidad de cal.

Los principales componentes del descalcificador son las válvulas reguladoras y la resina, que es donde se produce la descalcificación del agua. Mediante un procedimiento de intercambio iónico se elimina de forma eficiente la cal. Realmente el proceso de descalcificación tiene dos fases:

  • Intercambio iónico y descalcificación (en la resina se intercambia la cal por sodio, mucho más soluble).
  • Regeneración (lavado de la resina con salmuera para regenerarla cuando ya no puede absorber más calcio). Para ello el descalcificador cuenta con un tanque de salmuera.

En los descalcificadores actuales, todo el proceso de descalcificación y regeneración está controlado automáticamente por el propio descalcificador y regulado a través de diferentes válvulas (por tiempo o volumen).

Es importante saber que no todos los descalcificadores de uso doméstico son iguales. Es fundamental instalar un descalcificador de alta calidad de resina y bien regulado para la regeneración de esta, de forma que realice correctamente su función.

Utilizar un descalcificador de agua en su vivienda le permitirá:

  • Obtener agua apta para el consumo humano (beber, cocinar, etc).
  • Ducharse o lavarse sin problemas de sequedad o irritaciones en la piel causadas por el exceso de cal en el agua.
  • Prolongar la vida útil de sus electrodomésticos (lavadoras, lavavajillas, etc.).
  • Disminuir la concentración de detergente o suavizante en sus lavados. Ya que en las agua duras es necesario mayor cantidad de agente tensoactivo (detergente) para que el lavado sea eficaz. Puede observarlo en la etiqueta de su detergente.
  • El exceso de cal deteriora tanto la vajilla como los tejidos de la ropa. El descalcificador le ayudará a mantenerlos en buen estado.
  • No tendrá que utilizar pastillas descalcificadores en la lavadora o lavavajillas.

Tanto si el agua que nos llega a través del suministro general de agua de nuestra población como si consumimos agua procedente de un pozo o depósito, será importante que consideremos la necesidad de instalar un descalcificador para conseguir un agua apta para su consumo humano.

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